martes, 14 de octubre de 2008


Me paro ese domingo en la puerta de entrada del Congreso (por calle Hipólito Irigoyen), en la vereda de enfrente, la puerta de una vieja casona indica que allí funciona La Salita,un espacio teatral y cultural. En media hora más se representará una obra que escribí hace 26 años. Entonces sale el actor con un megáfono y camina la calle voceando la función, intentando a puro pulmón ser escuchado por encima de los enormes equipos de sonido que desde una carpa en la plaza gritaban su versión sobre una de las tantas crisis argentinas.
Y asi fue el espectáculo. Un actor solo con su oficio, su presencia y su voz procurando ser visto en una ciudad donde millones de almas miran otras cosas.
Pero el actor hizo su trabajo como si no hubiera ojos más que para él. Se percibe su disciplina, su entrega, su devoción, y sus jovenes años que auguran cuanto tiene por crecer.
Lo felicité al final. Me presenté claro, compartimos una breve charla, como siempre, soy quien está apurado.
Nada más que eso, pero tanto como eso. La lucha por el sueño de hacerse conocer en la "ciudad de la furia", una Buenos Aires que tiene tantos pretendientes a los que se saca de encima a puros cachetazos.
La llovizna afuera me recordó que además de cachetazos, esta doncella inaccesible te mata con la humedad.

Hugo Saccoccia
Zapala, octubre de 2008.

2 comentarios:

  1. Hola juani!! fuerza amigo!! me encanta lo que haces y el empeño que le pones a esta obra que por cierto es buenisima!!por si no te acordas de mi soy caro de la facu de comunicacion...el finde pasado estuve en bs as y me acordaba de vosd, pensaba que seguro la rompiste en la gran ciudad...fuerza pa delante que modelos de madre seguirá triunfando...espero poder volver a verla en estos dias...
    un abrazo grande!!
    caro payacán
    seguimos con la difusión!!

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  2. gracias Caro! Saludos por allá. Y mucha merde con tus cosas. Abrazo.

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